El presidente Javier Milei pasará las fiestas de fin de año en la Quinta de Olivos, a la espera de que el Senado convierta en ley el Presupuesto 2026, una iniciativa clave con la que el oficialismo aspira a iniciar una nueva etapa de gestión con un respaldo legislativo.

Tras un primer tramo de gobierno marcado por tensiones con la oposición y obstáculos parlamentarios, el Ejecutivo confía en que la sanción del Presupuesto represente su primer triunfo legislativo de peso en varios meses. Según indicaron fuentes cercanas al mandatario, Milei permanecerá en la residencia oficial acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

Aunque ambos provienen de una familia de tradición católica, el Presidente viene estudiando la Torá desde hace tiempo y expresó su intención de convertirse al judaísmo. En ese marco, explicó anteriormente: “No lo podría hacer ahora porque el cumplimiento de los preceptos podría hacer colisión con mi actividad de presidente, como por ejemplo a la hora de respetar el shabat. Es más profundo y más a largo plazo”.

Por ese motivo, Milei no celebrará la Navidad y en cambio conmemoró Jánuca, que este año se desarrolló del 14 al 22 de diciembre y recuerda la resistencia del pueblo hebreo.

El lunes, el jefe de Estado cerró el año junto a sus ministros con una cena en Olivos, en la que obsequió a los funcionarios el libro Defendiendo lo indefendible, del economista estadounidense Walter Block.

Durante estos días, aunque lejos de la Casa Rosada, el Presidente continuará trabajando y monitoreando el tramo final de las negociaciones por el Presupuesto, cuya votación está prevista para este viernes en el Senado. En las últimas horas, la jefa del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara alta, Patricia Bullrich, mantuvo contactos con referentes de otros espacios, mientras que el ministro del Interior, Diego Santilli, dialogó con gobernadores.

Ambos sabían que el plazo para asegurar los votos se extendía hasta este miércoles, ya que durante Nochebuena y Navidad se dificultaría el contacto con los legisladores. Por eso, Bullrich instruyó a los senadores de su bancada a garantizar su presencia en el recinto el viernes, aun si viajaban a sus provincias por las fiestas.

En el oficialismo sostienen que, tras retirar los puntos más conflictivos, el texto aprobado en Diputados cuenta con respaldo suficiente para avanzar en el Senado. Desde el inicio del debate, Bullrich, Santilli, el jefe de Gabinete Manuel Adorni y el titular de la Cámara baja, Martín Menem, se habían opuesto a incluir en el proyecto la derogación del financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad.

Sin embargo, días antes del tratamiento legislativo, una instrucción de Presidencia incorporó esos temas en el artículo 75, lo que generó malestar tanto en la oposición como entre algunos aliados. Ante el riesgo de demorar o frustrar la sanción definitiva —lo que obligaría a prorrogar nuevamente la ley de gastos de 2022 y complicaría el acceso al crédito internacional—, el Gobierno resolvió no insistir con esas medidas.

Tal como anticipó este medio, el Ejecutivo analizaba reasignar partidas presupuestarias por decreto para afrontar los aumentos derivados de la emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario, sin comprometer el objetivo de déficit cero.

También se evaluó introducir modificaciones en el Senado en lugar de derogar las leyes cuestionadas, pero esa alternativa fue descartada para evitar que el proyecto regresara a Diputados y se prolongaran las negociaciones, con un desenlace incierto al filo del cierre de las sesiones extraordinarias.

El viernes, Bullrich buscará su primera victoria formal al frente del bloque oficialista. En el espacio aseguran contar con los votos necesarios, pese al malestar interno y de otros sectores por no haber incluido un aumento para los senadores. En ese contexto, la vicepresidenta Victoria Villarruel advirtió: “A partir de diciembre estamos entrando en rojo, y eso que nos hemos administrado austeramente”, tras inaugurar el oratorio “Santa María Antonia de San José ‘Mamá Antula’”.

En paralelo, un sector del peronismo más duro impulsa el rechazo del artículo 30, que modifica la Ley de Educación Técnico Profesional y plantea cambios en el financiamiento de áreas como ciencia, tecnología y defensa. Cualquier alteración al texto obligaría a reabrir el debate en Diputados, un escenario que el Gobierno busca evitar. La definición quedará en manos del Senado este viernes.